El fin de mi infancia
Suelo poner fecha a mis sentimientos mas intensos, quizá en un arrebato de organizarme o llegar a intentar, erróneamente, hacer de mi vida una linea de tiempo. Puedo recordar con exactitud la fecha en la que decidí que iba a morir, también recuerdo, meses mas tarde, decidir seguir viviendo y la dureza de la decisión, comprender aún entonces, que si decidía seguir iba a ser para siempre, como si fuera una apuesta en la que no pudiera dar vuelta atrás. También recuerdo el día en el que comprendí que me había enamorado de ti: recuerdo el sonido de tu voz y el rayo de sol entrando por la ventana. Recuerdo el día en el que mi chaqueta favorita se perdió y recuerdo exactamente que llevaba en mis bolsillos: dos chicles y mi pase escolar.
Creí que mi infancia se había acabado mucho antes, cuando todo dejo de ser lo que era, ahora es muy claro que no fue así, el verdadero fin de mi infancia fue como todo lo demás, claro y puntual, simplemente lo supe.
El fin de mi infancia termina el día después de dejar curriculums por el lugar donde crecí siendo niña
Ese día vi a mi primer amor en la micro
No la veía hace diez años
La miro y ya no parece una niña
Y ese recuerdo desaparece entre la masa
Todas las primeras emociones que desbordó en mí conocerla
La miro como la desconocida que ronda por el mundo con la nostalgia de llevar consigo mi primer beso
La miró y sonrío
Y ella me mira y la comprensión del momento me arrebata la calma
Hay algo en sus ojos que ya no existe y no puedo descifrar que es
La miro
Y se va
Y la dejo ir junto a mi infancia
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